miércoles, noviembre 26, 2008

Transparente burbujeante

¿Sabes cuantas veces he intentado quererte?
Supieras
Te he buscado

Sueño, nuevamente
Despierto, realidad

Oscura
Sin sentimiento

¿Que porque escribo poesía tan triste
Decadente
Sangrienta
De muerte?

Aun no encuentro

¿Sabes cuantas veces he intentado quererte?

Seguiré escupiendo en tu cara
Lo dejare
El día que te vallas

Que realmente te alejes

¡Escupe!

Aviso!

Se busca un corazón, que no sienta, duro
Se busca personalidad, sin vergüenza
Se busca pasión, de la buena
Se busca una sonrisa, mentirosa
Unas piernas que no tiemblen, largas
Manos controladas, ágiles.

Pago lo que sea por ojos, ciegos
Compro dientes, perfectos, tímidos
Compro un estomago, con insecticida
Sin capullos, plano.
Compro uñas negras, que no crezcan
Compro linaje, del bueno
Compro una espalda, sin alas

Se buscan oídos, sordos
Se busca boca, sin lengua, suspiros, sin saliva
Se busca un alma, negra, sola, sin sentido, independiente
Una cabeza que no piense, que ni lo intente, sin sueños
Se busca un pecho, impenetrable, insensible.

Compro seguridad, resentida
Compro un cuerpo, perfecto
Se busca invulnerabilidad

Vendo un corazón sensible, blando vulnerable
Vendo vergüenza
Vendo inseguridad
Vendo pensamientos, tormentos
Vendo una sonrisa sincera
Vendo estomago lleno de mariposas o insectos
Vendo piernas cortas, temblorosas, tiesas
Vendo pasión
Vendo manos incontroladas, ñurdas
Vendo ojos que ven de más
Vendo bondad
Vendo cuerpo imperfecto
Vendo sueños variados
Vendo audición perfecta
Vendo espalda con alas
Vendo alma dependiente
Vendo vulnerabilidad
Vendo lengua
Vendo suspiros

Compro, busco, vendo
Acepto truques y tarjetas de crédito
Quien lea, tenga, venda lo que quiero, compre lo que tengo, o tragia consigo esto
Busque, compre, cambie, venda, acepte
Aquí espero

Lo que no es



Ves como aparece agua en el medio de la carretera?
Cuando miras la montaña se ve mas alcanzable de lo que realmente es?
Beber el agua
Alcanzar la cima

Las nubes como forman lo que quieres ver, ¿comestibles?
Ves como se corta el mundo al mirar la unión del cielo y el mar?
Tocar las nubes, formar, comérselas.
Llegar a la unión, inalcanzable, saltar.
Caer

Intentar llegar donde no puedes
Intentar recuperar lo que perdiste

Ilusión, espejismos, imaginación

Destrucción de la mente

No ves, que no es lo que crees que ves

Ilusión, espejismo, imaginación

Destrucción de la mente

Para el lado

Dame la clave
Ingresa
Quiero saber que te hace diferente

Que tienes tú que no tenga yo
Donde esta ese optimismo
La fe
El autoestima

Deja de mirarme
No te observare más
Lo juro!

¿Que es lo que veo?
¡OH mi Dios!
¿Que es lo que veo?

Lo mismo de siempre
Felicidad ajena
Envidia
Sana, maldito enfermo

Que es lo que tienes tú que no tenga yo

¿Realmente lo mereces?

Me cago en ti, me cago en el amor y el sentimiento

¡Que es lo que tienes tú que no tenga yo!

Me cago...

En mí

viernes, noviembre 14, 2008

Que pena que no te conformes


¡Bip! Una luz roja, nuevamente. ¡Bip! Luz verde, saldo $200, tengo que cargarla.
En el primer asiento un hombre cansado de tanto insulto, de repetir el camino, una y otra vez, de vivir aún con el miedo de una pistola, de un hombre pidiendo que vaciara sus bolsillos. De ser el blanco de reproches por el mal funcionamiento del sistema, de que la gente lo culpe de sus atrasos, del tiempo perdido. Si fuese por él, las cosas serian distintas.
Miras un túnel iluminado lleno de fierros, caras exhaustas. En ese momento eres un inválido en rehabilitación afirmándote de fierro en fierro, tratando de no tropezar con nadie, mientras el suelo se tambalea.
¡Un asiento! Corres, no lo dejas de observar, llegas a él, lo disfrutas. Estoy cansado, maldigo mis zapatillas Converse, es como si no estuvieran, es como caminar a pie descalzo, y al final del día su diámetro disminuye y sientes como palpita algo en su interior.
Ya acomodado en el asiento comienzan a tener sentido los rostros que te rodean. Dos asientos, más allá una mujer con un hombre a su lado,la observa. Claramente son novios, o más que eso. Él recrimina algo, no logro escuchar bien, ella sólo asiente con la cabeza, tranquila, sumisa. Me observa, tímida, nerviosa, sus ojos brillaban, pobre mujer, nadie oía sus gritos de auxilio, estaba cansada de llegar a casa y de que aquel hombre de quien se había enamorado encontrara todo mal, “miraste a ese muchacho, ¿es mas guapo que yo? ¡Es porque es joven! ¡Perra! Una mano, a veces dos, en algunos casos son incontables, no logra percibir de donde salen tantas, en todo caso ya ni duele, para ella son golpes al alma, a su corazón, su dignidad. Pasa el tiempo. ¿Por qué me obligas a hacer eso? ¿Me perdonas? ¿No volverá a ocurrir? Intenta no darme motivos. Es en ese momento cuando un hogar se transforma en una prisión, en una tortura, en el mismísimo infierno.

El segundo asiento, de adelante hacia atrás, uno de esos naranjos que supuestamente son preferenciales para tercera edad y personas con movilidad reducida, muy rara vez alguien se fija en su color. Un joven, no se veía mal, quiero decir bastante decente, mira por la ventana, tranquilo, quizás piensa en el día vivido, en lo que le queda por vivir. Quien te manda joven, a contestar el teléfono cuando no debiste, a ir escuchando música en tu Ipod, a llevar una mochila, a ser carnada para el tipo que iba atento, acariciando con la mirada sus próximos ingresos en ti. Lástima que no querías entregar nada, lástima que él estaba convencido en arrebatarte esos objetos, en hacerse el sueldo a costa tuya, a costa de tu sangre, que pena que no pudiste llegar a casa.

Una joven de pie, abrazando el fierro verde cerca de la segunda puerta, no se veía nada bien, quizás el alcohol ingerido esa tarde de juerga con sus compañeros de clase le estaba jugando en contra. Lástima que el fierro no sabe besar y no es buena compañía, su horario de trabajo es continuado y no podía acompañarte esa noche a casa, esa noche en la que esa virginidad que tanto cuidabas, te seria arrebata sin darte cuenta, despertarías en el parque, mira que coincidencia, muy cerca de casa, ¿qué paso con tus calzones? ¿Nunca te dijeron que beber en exceso podía provocar una perdida temporal de la memoria? Mucho cuidado que a medida que pasa el día son pequeños flash back los que te hacen recordar imágenes de eso que tratas de quitar con duchas continuas, te lo advierto: la suciedad no desaparece, es mejor que le pidas ayuda a alguien para ver si tiene algún jabón especial, para quitar ese hedor, esos gemidos asquerosos de alguien que ni siquiera recuerdas.

A mi lado, una mujer de avanzada edad, observa dentro de su bolso un uniforme, asesora del hogar, lo acaricia y llora.
Qué pena que ya no sirves para cuidar a los niños, que el patrón ya no quiere pagarte el sueldo, que te han acusado de un robo que jamás hubieses cometido. Años perdidos en la crianza de niños que ni siquiera son tuyos, jamás lo serán. No formarás parte de esa familia, nunca fuiste parte de ella. Ingenua, vivías bajo el mismo techo, pero no formabas parte de los pilares para sostenerlo. Eso creías, solamente eras la “nana”
Lloras y lloras, pero sabes que uno de esos hijos putativos te ha apuñalado por la espalda, que ha crecido, pudiste detenerlo pero nadie te escucho. Ahora está bajo una delgada línea blanca, capaz de distorsionar su realidad, y que gracias a él, perdiste tu familia, esa que creías tuya. Ahora volverás a casa, si puedes llamarle así, perdiste años, perdiste a tus verdaderos hijos por querer darle un mundo mejor, ahora que están grandes, llegarás sola a un mundo que tampoco es tuyo.
Estás sola, ahora piensas en lo que realmente significa ese uniforme que no volverás a usar.

Doy vuelta la cabeza y observo a un joven, uno que era singularmente guapo, bien vestido. Iba nervioso, demasiado diría yo, sus ojos brillan y están rojos, tiene la mirada fija. Me mira, y esboza una pequeña sonrisa coqueta, cualquiera pensaría que esta lo suficientemente drogado como para no saber donde está parado, pero esta tan nervioso por lo que ocurrirá minutos más tarde, a lo que tendrá que enfrentarse. Fue una decisión difícil, lo había conversado con su novio, “estoy enamorado y creo que debo hacerlo, ellos se lo merecen y yo también, no podemos seguir viviendo una mentira”.
La vergüenza que sentía aumentaría al mirar a sus padres a los ojos, pero eran ellos los más avergonzados. Les destruirás su cansado corazón, llorarán, gritarán, pero te darán un abrazo y dirán que te quieren y que todo saldrá bien. Luego vendrán sesiones con alguien qué según tu padre podría cambiarte. No importa cuantas veces les digas que tan enamorado estás, son palabras mudas para ellos, ahora cualquier amigo para tus padres será más que eso. Cuando llegues con un compañero a casa, tu madre pasará cada dos minutos frente a la puerta de tu cuarto tratando de escuchar algún sonido delator. Creías que era la mejor decisión, pero tus padres creen que es la peor, ellos preferirían seguir engañados. Ahora son ellos los que te engañan, tu madre trata de entenderlo, pero le es imposible. A pesar de eso siempre sonríe. Tu padre no soporta la idea de que su hijo no sea un hombre hecho y derecho, lamentablemente no lo aguanta y su culpa lo consume, sin darte cuenta recrimina a tu madre, y gracias a tu decisión tu padres se están maltratando y demacrando. Tratando de entender qué es lo que hicieron mal. Aún así los dos te sonríen y tratan de hacerte creer que todo va bien.

Ya no me queda mucho para llegar a casa. Luego de caminar, tomar el metro, sentirme como sardina dentro de una lata, de sentir el sudor ajeno, el aliento y el olor a cuerpo, de cuidar con mi vida y claramente mis manos, un bolso que para mi, tiene objetos bastante preciados, es la ultima micro, esa que me acercara a casa, tendré que caminar mas todavía, pero ya falta poco.

Observo a un hombre que está ubicado a unos pocos asientos de distancia. Su cara demacrada y cansada me da pena, más que eso provoca cansancio en mí. Bosteza, inevitablemente su bostezo me ataca y hace que mi boca se agrande, la tapo con mi mano. Lo mismo desearía hacer ese hombre con sus deudas, muchas veces también con su familia. El calor lo consume, el caminar diariamente en las madrugadas al paradero, esperar una micro casi fantasma, que cuando por fin aparece está al borde del colapso y tiene que luchar cuerpo a cuerpo por un pequeño lugar donde posicionarse. Lo peor, ahí no termina su estrepitoso viaje, viene el metro. Lucha nuevamente, otra vez atrasado, el jefe está cansado y aburrido de la pérdida de tiempo de su empleado. Su terno ya está viejo y su imagen no va a mejorar, el dinero no alcanza y otra deuda para la gran lista sería un problema, la cabeza no está en el trabajo y el jefe lo nota, “lamentablemente no estás rindiendo, si sigues así, las cosas se pondrán feas, imagínate; me preocupara de los problemas de cada uno de mis empleados…” palabras que martillean su cabeza todos los días al llegar a casa; cansada su mujer de hacer todo en el hogar y con los hijos lo espera ya dormida a un costado de la cama. De sexo ni hablar, y yo que pensaba que servía para apaciguar el estrés, los niños no comen amor, y menos se visten con él, y precisamente no es el amor el que le da a los hijos del vecino todos esos juguetes en navidad. Quién dijo que el trabajo termina al llegar a casa, y pensar que el pasto del vecino inevitablemente siempre será más verde que el tuyo, que no te engañe el plástico.

Observo a mí alrededor, ya no queda nadie en la micro, eso quiere decir que mi destino está cerca. Miro por la ventana, estoy llegando. Me pongo de pie, toco el timbre; suena, la micro se detiene, se abren las puertas.

sábado, noviembre 01, 2008

Corriente


Que mueres

Que muere

Que mueren

Muero

Que ríes

Que ríe

Que ríen

Muero

Que buscas

Que busca

Que buscan

Muero

Que te acuestas

Que te acuesta

Que te acuestan

Muero

Que tiras

Que tira

Que tiran

Muero

Que miras

Que mira

Que miran

Muero

Que besas

Que besa

Que besan

Muero

Que lames

Que lame

Que lamen

Muero

Que matas

Que mata

Que matan

Muero

Que ríe

Que lloran

Que gozan

Que deleitan

Que mira

Que le gusta

Que la goza

Que bailan

Que abrazan

Que besan

Que muerden

Que duele

¿Que cosa?

Que se acerca

Que tocan

Que palpita

Que se hincha

Que gusta

Que gozas

Que muere

Que cantas

Que lames

Que saltan

Que se engancha

Que babeas

Que penetra

Que tiras

Que, que, que

¿Que hago si muero?