viernes, agosto 26, 2011

On

El fuego de la ira contenida
Despierta mi pesar,
Angustioso
Desespero.
Arrancado cada pedazo
De piel vuelta invisible
Diversa
Entreabierta
Llegar a lo incontenible

Conté los pasos para llegar
No llegué
Esperando
La sangre reluciente
Cubierta
Por cemento de rosas verdes
Y manzanas escarchadas
Dilatando el sexo adhesivo

Si no fuese por la cornea del pensamiento
Pasado
Traspasado
Que corta
La sinergia de mi esófago violado
Conclusivo
Asesinado por la guillotina aglutinante

Vuelta
A la vasectomía
De mi sexo
En busca de aquello que
No llegaría

Loa

Bajo tierra
Toca la roca.

El laúd
Anuncia la llegada
De una muerte primeriza
Reiterada
Repetida
Frecuentada
Trillada

domingo, marzo 20, 2011

I

Caminando por la avenida, Martín pensaba en lo larga que podría llegar a ser la noche. Él le indicó que la salida del callejón estaba bajo los matorrales . No le daba miedo, caminaba casi sin ganas hacia su destino, pasando el pasaje Mortenia vio algo que no esperaba, se detuvo, lo dudó un segundo pero sus piernas seguían en movimiento, nada lo detendría, pensó. Luego de abrir el paquete dentro del bolsillo, el lubricante marcó sus dedos para siempre, después de pasar los matorrales al final de callejón sin salida sentía como su sangre se volvía azul.