Me di cuenta que el cielo no es azul si no verde
que las entrañas extrañas
no alimentan el ocio de la mente putrefacta
Que el amor no es más que una punzada sin aliento en el miembro
más preciado del universo
que la rima no destruye mis pensamientos
la expresión de mis palabras
me di cuenta que la bestia sedienta de sangre y sepulturas
no camina, se arrastra contra la mirada
mirada zigzagueante de la mina de oro obsoleto
de los risos putrefactos
de la luz oscura de tus labios
de la gente sin olfato que busca aquel
Me di cuenta que hoy no cuento
martes, diciembre 22, 2009
jueves, septiembre 17, 2009
Hermoso Momento

Podridos los dientes
Lagañas de ojos
Pupilas de excremento
Los dedos de fierro
Unos pies con yagas
Sangrientas
Dos son los momentos
En que mira al sol
Tres son los que mira
El vació del cielo
En lo oscuro de su mente
Un Lagarto maloliente
Pasea sus garras
Rompiendo los recuerdos
Lo que lleva dentro
Hierve cada tres lunas
Siete de ellas son de fuego
No existe el hielo
El dolor que penetra
Se traspasa con su aliento
Abajo esta el hombre
Sobre la mujer del demonio interno
En su sexo las larvas
Sienten el orgasmo
En sus vellos
El pubis danzante
Se penetra a si mismo
Evitando el dolor
De algo podrido
Así mismo se siente bello
Con gemidos bestiales
Con hedor a nacimiento
De espermios verdes
Engendrado en su espalda
Lo llama su primogénito
De un padre desdichado
Y una madre sin sentimientos
En su pecho tres colmillos
Más tres lenguas
Juegan con los pezones
Velludos de la bestia
La sangre hirviente
Ebulliciona con el sexo
De un grito placentero
Doloroso, hediondo
Las bolas de excremento
Pierden las pupilas
Y en su mundo
Todo se vuelve bello
completamente

Observo
Analizo lo que observo
Observo analizando lo que veo
Pero no veo
Hervor sangriento
Evaporado en madrugada
Dos al gato uno al perro
Animal sangriento
Cazador de sentimientos
Poco a poco
Va comiéndote por dentro
Cebo de entrañas
Palpitante
Largos cordeles mal oliente
Hoy se encuentran
Retorcidos en el centro
La luna se tiñe de negro
Negro sanguinolento
Dos al perro uno a la bestia
Interna
Busca el pálpito
El aliento
Hervor de sangre negra
Todo se tiñe de negro
Dos a la bestia
Devora de los latidos
Aniquilación
De un pálpito
Muerte por emanación
Del humo sanguinolento
Sirviente

La luz que retumbaba
En el prado de lo bello
No se queman los ojales
De la gente trascendente
Caballeros andantes
Defienden el palacio
Espadas de cartón
Corazones desdichados
Se va tiñendo el prado
De negrura oscurecida
Se queman los ojales
De un prado en fuego negro
Podrido aliento
De situaciones retorcidas
Un dragón de siete colas
Con la carne podrida
Canta el himno de la muerte
De lo bello y
El profeta lo mantenía a rastras de un ojo
Con el hedor de su aliento
Liberó el fuego negro
Fuego negro de un prado
De la gente trascendente
Lo podrido de la caza de la liebre
De entrañas maldichas
Acuchillando sin filo
Las liendres de la mente
Lo silente de lo bueno
Queda en el olvido
En la sangre de lo negro
Todo en un lagrimal maltrecho
Piedras de excremento
En el prado de lo bello
lunes, junio 22, 2009
Es nuevo

Hoy despierto de un sueño
Aquel
Que muchas veces
Se convirtió en pesadilla
Que muchas veces
Hediondo a deseo farsante
A intentos reiterados
Bañados en vomito
De un corazón lacerado
Intento destruir el alma
Concursante
Hoy conozco la luz nueva
Dejando de lado
Un mundo siniestro
Obteniendo el premio
Pero aun retengo
Ese espanto inspirador
La sangre corrosiva
Solo para pensar
En que puedo volar alto
Quiero llegar
A tener alas
A reforzarlas
A sentirlas tan mías
Como tuyas
No pretendo compartir
Sin fusionar
Comienzo a sentir
Aquel calor celestial infernal
Que me muestra
Comienzo
Aquel que pensaba conocer
Aquel que tantas veces quise retener
Pero que era tinta falsaria
Hoy poseo lo más del deseo
Entre espumas y sangre rosa
Vivo lo que esperaba vivir
Edificando carreteras sin final
Obras de concreto
La real primera
Encuentro

Un orbe forastero
Se acerca
Trata de mostrar
De lo negro
Lo muerto
Un sexo glorioso
Iluminado
Pequeña partícula
Que no podrá olvidar
Orbe forastero
Aquel que de muchos
Llego último
Sabiendo que no vendría un siguiente
Torturo recuerdos
Aniquilando momentos foráneos
Creando una
Punzada distinta
Que del asco
Del miedo
Tiño la sangre sedienta
De placer
Con tinte moreno
Creando aquello
Que corroe mi mente
De manera celestial
jueves, abril 09, 2009
Dorada

Quiero escapar
Zafarme de tu ira
De tu pasión
De tu sexo en mi cama
Creía poder cortar la cadena
Que unía sus cuerpos
Con tu alma
Tu olor
Tu sudor
Tu cara
Al verme tendido pienso en sabanas negras
Ubico mi mente en ganas
De sexos ajenos
Desconocidos
Tratando de igualar
Tu piel
Tu cuerpo
Tu sexo
Contra espermios ardientes
Concientes
Recuerdos
Contra aquella cadena sangrante
Reiteradamente
Diversas
Espumas de cuatro patas
Asqueado del sudor ajeno
Llamo salivas candentes
No muelen
Perforan
Los dientes de tu alma
Esta noche junto a un ronquido farsante
Trato de callar tus gemidos,
Con cerveza en lata
De ahogar tu sexo,
Con dos manos ajenas
De tapar tu rostro,
Diez dedos perversos
Amantes
Reventaran la vista
Clavada
Tajante
Punzante
Fallaran
Fallare
Intentar
Cortar la mierda que me une a tu sexo
Tu alma
viernes, abril 03, 2009
Primer vaso

Primer vaso
Bebo olvido
Cuidando no tropezar tus pies
Encuentro zapatos nuevos,
intento recordar el rojo de los míos.
Bebo olvido
Avanzo candente entre los cuerpos,
Tratando de no manchar los nuevos.
Sigo recordando.
Tropiezo con hormonas ardientes
Sudores ajenos atacan mi cuello
Pierdo mis manos
Mis piernas comienzan a oír
Y voces acompañan mi andar
Bebo olvido
Pipas expanden neblina
Las ropas sobran
La oscuridad ataca mis mentes
Una luz tenue envuelve los cuerpos
El olfato comienza a ser importante
Bebo olvido
La gran serpiente envenena su garganta
Sexos ardientes encuentran perdición,
Gemidos sordos.
Bebo olvido
Comienza a doler
La espiga atraviesa mi aorta pulmonar
Nuevas llagas expelen un olor a muerte
Sus zapatos dejan de ser nuevos
El rojo enciende la habitación
Cegando mi compasión
Haciéndolo también con mi cordura
Ya no bebo
Vuelve el recuerdo escondido
Arde el veneno latente
Muerde mis venas
Mis zapatos arden alegremente
Celebrando un nuevo compañero
Un nuevo color
Un nuevo dolor
Nueva llaga expeliendo olor a muerte
lunes, marzo 16, 2009
Entre frutas

Llagas en mis pies
Observo
Árboles de nísperos
Mil limones
Una canción vagante
Entre ruedas y destinos
Encontrando coincidencias
Deseando un calendario
Una llegada apresurada Cura mis pies
Tiñe mi vista una imagen envolvente
Al caer
limones
nísperos
tragedia inesperada
manchas de sangre y sufrimiento
momentos quebrados
reiteraciones de palabras
arañan pensamientos
desaparición de flora
incendios de verde
una ruleta atascada en sueños
el Apocalipsis de un gran génesis
letras rechazadas
lagrimas negras derramadas sobre un mantel desesperado
imposibilidad de poder demostrar
juego destruido sin comienzo
ojos de cristal
no ves
aquella sangre candente
servida en cáliz de metal
escondiendo el oro bajo un gris desastroso
aquel, que no permite ver oro
no bebes
no hueles
desastre frutal
níspero excluido
un limón resentido
gritos que van a oídos sordos
gran silencio que cantaba canciones de esperanza
compañía perdida de un futuro incierto
cansado ya de soñar con un nuevo verde
cansado ya de llenar el vaso roto
buscando el trozo faltante
de aullar a orejas sin sonido
tratare de rendirme
curar llagas en mis pies a manos propias
Pero intentare morder
aquel limón agrio
que atasco mis dientes y mi mente
jueves, marzo 05, 2009
Podrido

Muere rey de Inglaterra y no siento nada
Madonna me hacia cantar
Britney me hacia bailar
No era mujeriego
Estaba soñando de pie
Oh que gran reinado el del rey de Inglaterra
Lo han asesinado en estados unidos
Tierra de cambios
Soñaba con cumplir el sueño americano
No siento nada
Camina su pueblo descalzo sobre pedazos de vidrio
Su pueblo esta noche no baila
Un libro de 84 días será publicado
Un concejo editorial censura su pasado
No siento nada
Llevaba unos zapatos rojos
Un cabello dorado
Unos lentes de colores de plástico
Lo creían afortunado
se hacia llamar el no agraciado
Pero llevaba belleza a rastras
Para no sentirse menos
Gran tragedia
Ha muerto el rey de Inglaterra
Intentando cambiar
Cumpliendo el sueño americano
Se pudrió su corazón y alma
Ha muerto el rey de Inglaterra
Y no siento nada
sábado, enero 10, 2009
una moneda para mayores
El niño llega al almacén, apretando con su mano izquierda una moneda de cien pesos.
Mira al vendedor, observa a su alrededor y con una voz mínima pregunta:
Señor me alcanza para eso – apunta a la mercancía que tenia en frente. El vendedor lo mira, y ve su moneda de cien pesos.
-no, no vez que subió la harina. – el niño se queda en silencio unos segundos y vuelve a mirar a su alrededor, apuntando nuevamente otra cosa.
- y eso? – sonríe.
- el dólar también ha subido pequeño. –el vendedor ríe y comienza a limpiar un adorno con un pañuelo – el niño pregunta y pregunta, y el vendedor lo ataca con muchas respuestas incomprensibles, que el dólar, que el cobre, que la harina, que la bencina, que la presidenta, que los sueldos, que los pobres, que los ricos, que no te alcanza para nada.
El niño ya vencido camina hacia la puerta, luego hasta la esquina en donde lo esperaba una niña más pequeña aun. La observa.
- vez Mónica, los grandes ya no usan monedas de cien pesos, y por eso las regalan.
Mira al vendedor, observa a su alrededor y con una voz mínima pregunta:
Señor me alcanza para eso – apunta a la mercancía que tenia en frente. El vendedor lo mira, y ve su moneda de cien pesos.
-no, no vez que subió la harina. – el niño se queda en silencio unos segundos y vuelve a mirar a su alrededor, apuntando nuevamente otra cosa.
- y eso? – sonríe.
- el dólar también ha subido pequeño. –el vendedor ríe y comienza a limpiar un adorno con un pañuelo – el niño pregunta y pregunta, y el vendedor lo ataca con muchas respuestas incomprensibles, que el dólar, que el cobre, que la harina, que la bencina, que la presidenta, que los sueldos, que los pobres, que los ricos, que no te alcanza para nada.
El niño ya vencido camina hacia la puerta, luego hasta la esquina en donde lo esperaba una niña más pequeña aun. La observa.
- vez Mónica, los grandes ya no usan monedas de cien pesos, y por eso las regalan.
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